El viernes 19/10/2007, estuvimos con los alumnos de Bachillerato y Cultura Clásica viendo la exposición Reflejos de Apolo. Deporte y Arqueología en el Mediterráneo Antiguo.
La exposición muestra una cuidada selección de objetos procedentes del fondo del Museo Arqueológico Nacional de Madrid, que nos ilustran la práctica y el espíritu del deporte de aquellas culturas donde nació.
Apolo, dios joven y atlético, encarnaba la perfección física y moral por excelencia de la antigua Grecia. En su hornor se celebraban los juegos deportivos en el santuario de Delfos y su reflejos se convertían en el principal objetivo de los atletas que querían conseguir la inmortalidad divina a través de la exaltación del ejercicio y la competición.
Uno de los conceptos que definía la sociedad griega por encima del resto era el del agon, la competición. Este ideal, que se aplicaba en todos los órdenes de la vida, significa ser el mejor y distinguirse de los otros. Los ámbitos agonales por excelencia fueron la arena deportiva y el campo de batalla, terrenos en que la recompensa más valiosa para el vencedor era la aristeia, la excelencia física e intelectual y, sobre todo, la gloria, el reconocimiento público y la fama que concedía la inmortalidad.
Como ya pudistéis comprobar la exposición estaba compuesta principalmente de recipientes de cerámica con motivos mitológicos o deportivos o de guerreros del periodo clásico sobre todo, de figuras rojas y de figuras negras. Ya sabeis que no hemos podido hacer una preparación previa antes de ver la exposición, por motivos de calendario. Así que antes de continuar me gustaría hacer unos preliminares sobre algunos temas que aparecen en la exposición. Empezaré con la cerámica griega.
LA CERÁMICA GRIEGA
La palabra cerámica deriva del griego κεραμικη, de κεραμος, “sustancia quemada”. Sin duda alguna, fue en la Antigua Grecia donde se llevó a la perfección el arte del alfarero, creando obras maravillosas y elegantes rematadas con la perfección y finura de sus dibujos y la vistosidad de sus colores.
La materia prima era la arcilla. La arcilla procede de las rocas ígneas de granito que la naturaleza rompe por medio de la erosión. Las partículas se empequeñecen gradualmente hasta que las alteraciones físicas y químicas que darán lugar a la arcilla empiezan a afectarlas. El proceso, muy lento, dura millones de años. Los lechos de arcilla se encuentran en casi todos los terrenos a unos cuantos metros de la superficie, pero no todos son útiles para el ceramista.
Existen dos clases básicas de arcilla: primaria y secundaria. La primera se encontraba en el lugar que ocupaba la roca de la que procede; es muy pura, de color blanco y poco plástica.
La arcilla con la que nosotros estamos familiarizados es la secundaria, que ha ido separándose a lo largo de muchos años de su localización original hasta quedar depositada en otros lugares. Su color oscila del rojo al negro, pasando por el amarillo y el gris; y en contraste con la arcilla primaria, es fácil de moldear. La arcilla secundaria se encuentra en casi todas partes a unos pocos metros de profundidad, pero a menudo en pequeñas cantidades.
Cada vasija era el resultado de un largo proceso artesanal de gran complejidad en el que pueden distinguirse dos momentos fundamentales: el modelado del vaso y su decoración. Este doble proceso era a su vez realizado, generalmente, por dos artistas, el ceramista y el pintor, cada uno de los cuales tenía su función específica y definida.
En primer lugar, un ceramista modelaba, en la rueda del torno y utilizando una arcilla especialmente fina y depurada las paredes del vaso. Una vez modelado el cuerpo de éste, se añadían posteriormente partes adicionales como las asas y el pie. Tras una primera y no difinitiva cocción en el horno del taller, un pintor decoraba el barro sirviéndose de un barniz y pintura especiales. Posteriormente, el vaso era introducido de nuevo en el horno para su cocción definitiva.
Así pues, los alfareros y pintores trabajaban juntos en el mismo taller. En Atenas los talleres se concentraban en un barrio llamado el Cerámico. En los grandes talleres la producción era continúa a lo largo del año para abastecer la demanda de la propia ciudad y la del comercio exterior.
La decoración de un vaso griego era un proceso muy cuidado que exigía una gran maestría. Por ello las partes más importantes del vaso, las de las escenas, eran realizadas por el maestro pintor, mientras que los aprendices hacían las ornamentaciones de las partes secundarias, como las asas, pie y borde.
En cuanto a los tipos de los recipientes:
Una de las más peculiares creaciones griegas es el ánfora, vaso con dos asas verticales destinado a transportar y conservar los líquidos; entre ellas las utilizadas para llevar el agua al baño, loutróforos. Variante del ánfora es el pelike en el que la mayor anchura de su cuerpo corresponde a su mitad inferior.
La hydria era un vaso con tres asas, dos horizontales y una vertical, que era utilizada, generalmente por las mujeres para transportar el agua a la fuente.
La cratera era un vaso destinado para mezclar el vino con el agua, beber el vino puro y sin mezclar era costumbre barbar y no de griegos. Se caracteriza por un cuerpo de cavidad profunda y una ancha boca que facilitaba a los comensales introducir la copa en ella y servirse asi directamente.
El lebes, llamado también dinos, es un gran caldero sin asas, que, dada su forma, debía de apoyarse sobre un pie.
El stamnos es un vaso de cuello estrecho y con dos pequeñas asas horizontales, era generalmente utilizado como una gran jarra de vino. Es, sin embargo, el oinocoe el vaso más característico e idóneo para servir vino en las copas, dada la disposición y forma de un asa, vertical, y de su boca, generalmente trilobulada para canalizar el líquido.
El tipo más común de copa se llama kylis, vaso ancho y poco profundo de asas horizontales y generalmente con un alto pie. Sus dimensiones, a veces ostentosamente grandes, pueden explicarse por su uso comunitario en el banquete donde circulaba de mano en mano entre los comensales. Otras copas para beber son el skyphos o copa profunda, a veces sin pie; el kantharos, copa con dos asas verticales y el kyathos o cazo con una sola y alta asa vertical.
Por último, tenemos el pyxis, especie de caja cilíndrica, utilizado por la mujeres griegas para guardar joyas y objetos de tocador. Utilizado también como caja una variante de pyxis llamada lekanis debió servir para contener regalos y ofrendas de amor.
También había un tipo de platillo ancho y circular, el fiale, así como fuentes del mismo circulares con asas.
En cuanto a las técnicas de decoración de la cerámica, ésta fue variando a lo largo del tiempo. Las técnicas más importantes fueron las llamadas de figuras negras, de figuras rojas, de fondo blanco y de barniz negro.
Técnicas de figuras negras. Se caracteriza porque las figuras, pintadas y cubiertas con barniz negro, se destacaban sobre el color rojo de la superficie de la cerámica. Los detalles de la anatomía y del vestido se señalaban con finas incisiones sobre el barniz, sobre el que también se podían pintar detalles en rojo o blanco. Fue inventada por los artesanos de la ciudad de Corinto hacia el año 700 a. C. y luego imitada y desarrollada por los artesanos de Atenas a partir del año 630 a. C. Se uso del 700 al 480 a. C. Sobre la superficie roja de la cerámica, se pintaban y cubrían las figuras con barniz negro, señalando los detalles interiores con incisiones. El fondo quedaba reservado sin barniz.
Técnica de figuras rojas. Ofrece el efecto contrario, las figuras rojas destacan sobre el fondo negro barnizado. Para ello, primero se realizaba el esquema preliminar, luego se dibujaban las figuras y los principales detalles anatómicos y del vestido y, por último, se rodeaba el contorno de la figura con una ancha banda de barniz y se dibujaba en el interior de las figuras con líneas de barniz más diluido o con otros colores como el rojo y el blanco. Posteriormente, los aprendices terminaban de rellenar el fondo de barniz. Esta técnica fue inventada en Atenas y convivió con la de las figuras negras durante un cierto tiempo, pero posteriormente la sustituyó. Se uso desde el 530 a.C. hasta el 350 a.C. En este caso se reservaba la figura y se cubría con barniz negro el fondo. En el interior de las figuras se dibujaban los detalles con líneas de barniz muy finas o con otros colores, como el blanco para la piel de las mujeres y el rojo para otros detalles.
Técnica de fondo blanco. Fue una técnica especial utilizada por los artesanos atenienses sólo para decorar los vasos fuenerarios que se depositaban en las tumbas, no siendo apropiada para cerámica de uso cotidiano por la poca consistencia del engobe blnco y de los colores. Se usó durante el siglo V a. C. Consistía en cubrir el fondo del vaso con engobe blanco sobre el que se dibujaba el contorno de las figuras con líneas de barniz negro o con pinturas de otros colores.
Técnica de barniz negro. Consistía en cubrir toda la superficie con barniz, pudiendo completar su decoración con otras técnicas: incisión, estampilla o ruedecilla. La incisión se reconoce en que los motivos decorativos se dibujan arañando la superficie. La estampilla produce un motivo decorativo impreso o en hueco. La ruedecilla origina unas pequeñas líneas incisas verticales paralelas que se desarrollan en vertical. Se usó desde el siglo VI al IIa. C. Una vez cubierta la superficie con barniz negro se decoraba con la estampilla, que tenía un motivo decorativo en relieve presionándola sobre la superficie así se obtenía una decoración impresa.
Por último, tenemos las ánforas panateanicas que constituyen una clase autónoma: se trata de grandes vasos, de unos sesenta o setenta centímetros de altura, típicos por la forma de su cuello, poco desarrollado, y su vientre ovoidal, que se entregaban como premio, llenos de aceite, a los vencedores de Panateneas que tenían lugar durante las fiestas en honor de la diosa Atenea. En su frontal llevaban una representación de la diosa, y detrás la de la competición en que se había obtenido el triunfo (una carrera, un combate, etc.).Pero la característica más singular de estos vasos es que, producidos hasta finales del siglo IV a.C., mantuvieron siempre la técnica de las figuras negras, aún cuando ésta ya había caido en desuso.
Bien, una vez leido este documento sobre la cerámica griega, espero que os haya podido servir de ayuda para identificar muchas de las vasijas que encontramos en la exposición y para haber aprendido un poquito más de este mundo tan vasto en cultura y otras muchas habilidades como era la Antigüedad Grecolatina.
Así que os propongo un reto, ¿SOIS CAPACES DE RESOLVER EL CRUCIGRAMA?
http://juanmanueled.googlepages.com/ceramicagrega.html
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